Me gusta la vida
enormemente
Por: Edinson Martínez
@emartz1
Hay quienes dicen que es una de las ciudades más bellas del planeta,
refugio de poetas y escritores de todo género. Es la cuna del impresionismo y
no hay manera de evitar a los pintores que en sus espacios ya tradicionales,
aguardan el ojo del comprador de ocasión. No será probablemente el
paraíso terrenal, pero suele citarse, como el lugar más cercano a éste y que
muchos han soñado para visitar en algún momento de sus vidas. París, es de un color plomizo
en otoño, con un frío modesto que le abre las puertas al
invierno.
“Me moriré en París con aguacero, un día del cual tengo ya
el recuerdo. Me moriré en París -y no me corro- tal vez un jueves, como es hoy
de otoño…”.
Escribió César Vallejo,
el poeta peruano que escogió la ciudad luz para vivir y morir. El
escritor y ocasionalmente periodista, con la vivencia etérea que suelen tener
los poetas entregados al sentido profundo de lo que escriben, murió el 15 de abril de 1938, en una lluviosa tarde
parisina, tal como en su obra “Piedra
blanca sobre piedra negra”, premonitoriamente lo hiciera varios años antes.
¡Qué mayor privilegio para un poeta
desprenderse de este mundo del mismo modo en que alguna vez lo escribiera!
A la salida del Museo de Louvre, la rue rivoli, recibe cada año más de veinte
millones turistas de todo el mundo, ninguno de ellos evidentemente recuerda al
distinguido poeta peruano. Las tardes o mañanas con sus colores fortuitos que
en su momento despertaron los sentidos de los impresionistas, transcurren sin
otra condición que la luz descompuesta en sus infinitas gamas para deleite de
la vista de los humanos.

-¡Hola! -dije
enseguida con voz firme. Sus ojos se abrieron con sorpresa ante el saludo en
español que un anónimo en una ciudad de diez millones de habitantes le ofrecía
aquella mañana –¡Qué me va a entender ésta lo que yo diga!–, agregué en voz alta, mientras ella me miraba fijamente en esos
segundos, en su rostro una sonrisa espontánea se dibujó en anticipo de una pregunta que en asombro para mi dejó salir
de sus labios.
-¿Tú eres un
fantasma o qué? Tengo más de diez años en éste mismo lugar y eres la
primera persona que pasa y me saluda en español...
Me gusta la vida enormemente
pero, desde luego,
con mi muerte querida y mi café
y viendo los castaños frondosos de París
y diciendo:
Es un ojo éste, aquél; una frente ésta, aquélla... Y repitiendo:
¡Tanta vida y jamás me falla la tonada!
¡Tantos años y siempre, siempre, siempre!
César Vallejo
5 comentarios:
hermosa Narración
hermosa Narración
Quiero ir a París.....😍😍
Que bonito, me trajo gratos y bellos recuerdos.
Grande vallejo !
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