Ciudad Ojeda en tres tiempos
Edinson Martínez
@emartz1
“Cuando era feliz e indocumentado”
Gabriel García Márquez
La
noche anterior, con una fiebre que me hacía temblar hasta el pelo, la pasé
yendo y viniendo de la cama al retrete con una diarrea incontenible. Sentía que
me moría entonces, una sensación que a lo largo de la vida se puede llegar a
experimentar varias veces, como, en efecto, volvió a sucederme justo un día
como hoy, hace dos años, cuando el Covid19 casi me empuja al otro lado, como lo
hizo con mis suegros con un día de por medio, precisamente mientras desde mi
cama, con el pecho estrujado como si una camisa de fuerza lo encorsetara,
escuchaba detrás de la bombona de oxígeno a mi costado un coro de voces surgiendo
de la nada, como las de un disco corriendo a baja revoluciones.
Entre
aquel pueblo de pocas calles importantes y la ciudad que hoy nos acoge medía un
interesante recorrido, una historia de avances y retrocesos, como podría
suponerse ocurre con las personas y también con los pueblos, sin embargo, si
tuviéramos que hacer una disección –permítanme el término– histórica de Ciudad
Ojeda, tendríamos que destacar varios puntos de quiebre o hitos referenciales.
El primero de ellos se inicia con su fundación, naturalmente, mediante decreto
presidencial del 19 de enero de 1937. Con este acto administrativo, el estado
venezolano por primera vez, al menos en el siglo veinte, con base a sus
competencias legales, dispone la creación de una ciudad, estableciendo un
perímetro, un nombre, los fundamentos para tal iniciativa y finalmente una
inversión inicial.
Nuestra ciudad, fue creada para
albergar a los pobladores de Lagunillas de Agua, una previsión gubernamental
para solventar las dramáticas condiciones de vida de aquella población y
prevenir la ocurrencia de accidentes con pérdidas de vidas humanas. Sin embargo, por esas razones que sólo el
apego al corazón entiende, los pobladores de Lagunillas, se resistieron a
mudarse a un caserío sin futuro, apartado –así se percibía entonces–, y
naturalmente solitario que llevaría por nombre una tal Ciudad Ojeda. No es sino
cuando ocurre el pavoroso incendio del 13 de noviembre de 1939 cuando ya por
razones de emergencia se inicia el poblamiento de la nueva ciudad.
Aquellos
eran días de transición política en el país y también de una gran conflagración
en el resto del mundo. Eran los tiempos previos al inicio de la segunda guerra
mundial, el conflicto armado más grande en la historia de la humanidad…, pero
ustedes se preguntarán… ¿Y eso que tiene que ver con nosotros, con Ciudad
Ojeda?
Pues bien, esta ciudad, a la que inicialmente nadie quiso mudarse bien porque no le avizoraban futuro o por simple apego al pueblo de Lagunillas de Agua, además de ser, como dije antes, el primer caso en que deliberadamente se funda una ciudad, constituye también el primer caso en Venezuela en que se ejecuta un trasvase masivo de una población a otro espacio territorial. El país ante la demanda mundial de crudo consolida su posición como un proveedor confiable, con un enorme potencial para incrementar progresivamente, como en efecto lo hizo, su producción petrolera en la década de los cuarenta y subsiguientemente. El epicentro de dicho ascenso estuvo en la costa oriental del lago de Maracaibo, y en Ciudad Ojeda, la joven ciudad, proyectándose así con un rápido crecimiento en todos los ámbitos.
Un
segundo punto referencial lo constituye su despegue propiamente dicho. Entre
las décadas de los años cuarenta, cincuenta y sesenta se mudaron a ella gentes
de todas partes del país, principalmente orientales y andinos que consolidaron
con su permanencia la nueva ciudad. Del resto del mundo al calor de la febril
actividad petrolera de la zona, vinieron italianos, españoles y antillanos que
sembraron para siempre en nuestra tierra su cultura, su manera de ser y
costumbres, se amalgamaron a los locales para germinar lo que hoy representamos
en el Zulia.
El
mundo entonces era un hervidero, en septiembre de 1939, Alemania invade a
Polonia y esto hace que Gran Bretaña y Francia entren definitivamente en la
guerra. Italia con Mussolini a la cabeza entra en guerra en junio de 1940,
cuando recién se culminaban a toda carrera las primeras 19 casas de Ciudad
Ojeda. Alemania declara su victoria sobre Francia. Los primeros italianos que comienzan a poblar
a Ciudad Ojeda, comienzan a llegar después de 1940, venían despavoridos por
aquella locura que sobrecogía al mundo. España, ahora bajo el yugo franquista,
cerraba el ciclo de la república, luego de una cruel guerra civil que todavía
tiene heridas por sanar.
Así
que, Ciudad Ojeda, inicialmente un caserío del antiguo distrito Bolívar, se fue
levantado desde la inexistencia, desde
incluso no aparecer en el mapa y en la división político-territorial del
estado, de la nada que solo constituía un papel en decreto de incierto
porvenir, hasta llegar a ser la capital del distrito Lagunillas en 1978, luego
de la separación del viejo y extenso distrito Bolívar, y más tarde capital del
Municipio Lagunillas por virtud de las modificaciones de ley que crean los
municipios como entidades territoriales autónomas, y por último la tercera
ciudad del estado.
Podríamos
decir que la historia de esta ciudad es singular en casi todos sus aspectos. El
petróleo es y ha sido su gran motor socioeconómico. Si hiciéramos un ejercicio
de imaginación y desapareciéramos la explotación petrolera de nuestros
linderos, probablemente muchos de los pueblos y ciudades de hoy no existirían;
otros serían algo muy distinto de lo que hoy representan. Pero, Ciudad Ojeda,
estamos absolutamente seguros de que no existiría ni siquiera en la
imaginación. La razón es muy sencilla, Cabimas, Santa Rita y Los Puertos de
Altagracia existen en este mundo desde antes de la explotación petrolera.
Cabimas, por ejemplo, recién acaba de cumplir 264 años. La historia de Los
Puertos de Altagracia se remonta a 1529, y, Santa Rita, a 1799. Así que,
nuestra ciudad es la consecuencia del modelo de explotación petrolera iniciado
a comienzos del siglo pasado. También por ello nuestro modelo de desarrollo
local está fundamentado en el petróleo, este nos ha dado crecimiento económico,
demográfico y dinamismo productivo, no es por casualidad que la segunda zona
industrial construida en el Zulia, luego de la de Maracaibo, haya sido la
nuestra, en 1968. Que tengamos una especialización productiva en el área
industrial, lacustre y metalmecánica, como pocas en el país. Esto paradójicamente
nos ha hecho vulnerables y dependientes del negocio petrolero, de sus vaivenes
internacionales, de las políticas del Estado en materia energética, y más grave
aún, de las pulsiones alucinantes de cualquier gobernante, como en efecto
sucedió en 2009 con las expropiaciones a todo el acervo industrial privado
petrolero levantado a pulso por casi el mismo tiempo de fundada la ciudad. Adicional,
por si fuera poco, hemos de agregar el monumental impacto ambiental que el
petróleo nos ha dejado y que por razones de espacio no abordaré.
Un
tercer ciclo en el desarrollo local vendría a ser el iniciado precisamente
después de las expropiaciones petroleras citadas antes. En este la capacidad económica
de su autoridad local comienza a verse disminuida sustancialmente, iniciando un
periodo hasta nuestros días donde la composición del presupuesto, específicamente
el rubro de impuestos de industria y comercio, aquel que manifiesta la
fortaleza económica local, empieza a perder peso en la estructura financiera municipal,
es decir un claro retroceso en las capacidades de gestión. De este modo los
aportes presupuestarios nacionales ganan entonces terreno en la composición del
ingreso municipal, cuando precedentemente su peso era mucho menor. Para que tengamos
una idea del hecho, señalo, por ejemplo, que para 2008, el rubro del impuesto citado,
representaba el 48.22% del presupuesto municipal, y ya para 2010 se había
reducido al 20,67%
En conclusión: el otrora municipio
financieramente sólido, es ahora presupuestariamente dependiente del gobierno
nacional por virtud de la brutal afectación a su infraestructura industrial representada
por las expropiaciones.
No
quiero adicionar al brete gubernamental mencionado, el colapso económico de
PDVSA y la recesión sufrida por el país durante varios años, porque sería
demasiado extenso el presente escrito, pero es comprensible que mucho tiene que
ver con el menguado estado del municipio Lagunillas.
El tiempo presente nos plantea varios desafíos, entre ellos, construir el futuro sobre la base de una menor presencia del petróleo en nuestro desempeño económico y social, valdría la pena apostar a una ciudad moderna, mediana en sus dimensiones y bien equipada de servicios capaz de atraer gente a vivir y trabajar en ella, con un fuerte desarrollo de su sector terciario de comercio y servicios, aprovechando nuestras ventajas de localización en la costa oriental del Lago. Es un proceso de transición paulatina que implica repensar nuestro municipio, reinventarlo a partir del acervo y fortalezas acumuladas a lo largo de su historia productiva. Constituye en ese sentido, un cambio importante en nuestro modo de vida, típicamente minero y de severa vulnerabilidad económica, para apuntalar las ventajas competitivas que poseemos, a fin de abrirle cauce a una nueva realidad local. Tal vez no sean suficientes para convertirnos en el paraíso terrenal, pero sí, en un lugar atractivo para vivir, porque Ciudad Ojeda, es una envidiable muestra de tenacidad y perseverancia, es cuna y cobijo de gente emprendedora venida de lugares remotos del mundo y también surgida de sus entrañas en ese maravilloso empuje que logró consolidar en más de ocho décadas.
De
pronto si nos proponemos un modelo similar al de ciudades alternativas que ya
se han visto en otras regiones de Venezuela, por ejemplo, es el caso de la gran
Caracas y las regiones aledañas, de Valencia y los municipios cercanos, o
quizás, Barquisimeto y Cabudare, y así tantos otros ejes urbanos. Mucho se
habrá escuchado hablar de las grandes ciudades del mundo que siempre terminan
por impulsar pequeñas ciudades a sus alrededores, modestos y medianos lugares,
apacibles y manejables, que consiguen tener el confort de la vida moderna y se
ahorran las complicaciones de las grandes concentraciones urbanas. Tal vez, se me ocurre pensar, pueda ser ese
nuestro futuro a largo plazo. Es preferible labrarse ese camino antes que el de
pueblo grande, medio fantasmal y arruinado, porque el motor económico que la
mueve ya no representa lo que en el pasado fue.
Reivindico
el realismo de sonar, el ensayo para la felicidad que a veces suele ser la
vida, el afán cotidiano de imaginarse un futuro donde la vida sea mejor y las
relaciones más justas, enriquecedoras, positivas y siempre en paz, y en
especial con un derecho que todo lo condiciona, el del acceso al conocimiento y
a la cultura como la base para el progreso.
Tengo
una ventana desde donde puedo ver pasar la gente por las calles en sus rutinas
interminables. A veces las veo apresuradas y agitadas, otras veces tranquilas y
serenas, como despreocupadas y entregadas al ir y venir de cada día. Seguro hay
de todo un poco, en fin de cuentas es la vida misma la que veo caminar desde mi
ventana. De vez en cuando me siendo a ver la ciudad, a escucharla también, a oír
sus quejidos, sus sonidos naturales y artificiales que fundidos en uno solo
tienen todos los pueblos y ciudades del mundo. Por esas calles que ahora veo
camina mi niñez, me atrapa el recuerdo escurridizo de mis años dejados en ella.
Toca también ahora imaginarla para empeñarse con optimismo en la construcción
de un futuro mejor.
Ciudad Ojeda, 17 de enero de 2023
Excelente artículo para el acervo histórico de Ciudad Ojeda.
ResponderEliminarMarcelo Moran
Un artículo que destaca a nuestra querida Ciudad Ojeda desde sus raíces, en un contexto histórico social en el que vamos siguiéndola paso a paso en su devenir. Un documento histórico que abraza optimismo a futuro.
ResponderEliminarMe encantó. Describe tal cual lo que somos. Lo que nos dio origen como pueblo y lo que le debemos a los inmigrantes italianos, españoles, portugueses, chinos y por qué no? sirios y libaneses, así como a los margariteños (orientales en general), andinos y falconianos y a tantos otros de diverso gentilicio nacional y extranjero, que también vinieron a sembrar en esta tierra su semilla, de la cual muchos, incluyéndome, estamos orgullosos. Gracias Edinson Martínez por escribir nuestra historia 🙏. Sandra Estrada.
ResponderEliminarMuy pero muy bueno amigo, es nuestra realidad y esperanza en el futuro próximo, porque como dice el cantante Argenis Carruyo, como Maracaibo no hay a pesar de las visicitudes, yo también opino como Ciudad Ojeda no hay. Gracias
ResponderEliminarLo deje para el final de la noche, porque estaba seguro que me iba a deleitar con su lectura, preciso en sus argumentos, bien estructurado, y muy especialmente con la pretensión de no ser un simple recordatorio de un cumpleaños. Excelente.
ResponderEliminarQue inmensa emoción me ha causado encontrarme de repente con este escrito tuyo, mi gran y muy apreciado amigo Edison ! Sin esperar menos me he podido deleitar con su lectura mientras por mi mente y mi corazón
ResponderEliminarMientras por mi mente y mi corazón va desfilando todo lo que tú .barras...la Ciudad Ojeda la viví en carne propia siend
ResponderEliminarparticipe también...
Edinson, cómo siempre una excelente narrativa en lomquevse refiere a la historia de Nuestra Querida Cuidad,. Que a pesar de los embates de la política y nefasta gestión económica del gobierno, está allí resistiendo y queriendo resurgir siempre como el Ave Fénix, que siempre la ha caraterizado, Gracias por transportarme a través de estas líneas a Mi Ciudad Querida..! Un Abrazo y que digan los éxitos..!
ResponderEliminarExcelente. Literalmente un fotografía de mi querida Ciudad Ojeda.
ResponderEliminarQue narración tan hermosa y a la vez enriquecedora. Realmente una historia , que en parte desconocía. Todos los éxitos. Bendiciones. Abrazos.
ResponderEliminarMagnífico recorrido por nuestra historia Edinson! Gracias por compartir tantos hechos históricos que necesitamos visitar frecuentemente y que además me sirve para ilustrar a mis hijas quienes nacieron en esa hermosa tierra que me lo dio todo. Mis memorias están sembradas en las calles de Ciudad Ojeda y constantemente me visitan mientras sueño despierta con el retorno. Solo cuando estuve a miles de kilómetros de distancia, aprendí a conocerla más y me di cuenta del gran protagonismo que tuvo en mi vida y de cómo está incrustada en mi ADN. Espero volver pronto y tomarme un café contigo. Con cariño, Betsy Anciani
ResponderEliminarEdinson; Sin duda que disfrute de tu excelente artículo sobre el resurgir de nuestra ciudad y su historia. Además del interesante recorrido por todo el cordón umbilical de los primero pueblos de la costa oriental que ayudaron a - impulsar el levantamiento de la cenizas de lo que un día fue lagunillas de agua, para darle paso a la modesta metrópoli municipal como lo es "Ciudad Ojeda" Hoy como punta de lanza y referencia en materia municipal. En resumen, un municipio que seguramente inspira a propios y extraños. Excelente hermano - felicitaciones.
ResponderEliminarExcelente artículo. Gracias Edinson por tu empeño y dedicación por nuestra querida Ciudad Ojeda.
ResponderEliminarMi estimado amigo Edinson Martinez, siempre tan acertado en sus artículos, un hombre con una gran formación pero sobretodo con una excelente visión sobre nuestra Ciudad Ojeda #conorgullocitojense #citojensesxelmundo #orgullososdesercitojenses
ResponderEliminarUn artículo dónde el conocimiento y los sentimientos se mezclan en absoluta armonía, permitiendo que la imaginación me lleve al primer y segundo tiempo, que no pude vivir, aún no había nacido y la otra muy niña para recordar....Felicitaciones excelente artículo.
ResponderEliminarHola,Edinson, excelente artículo,uno de los mejores que he podido leer acerca del nacimiento y desarrollo de Ciudad Ojeda. Ese título me causó mucho interés y a la vez curiosidad. CIUDAD OJEDA EN TRES TIEMPOS y claro, es la referencia a los fundamentos para la creación y fundación de la Ciudad, a su desarrollo característico petrolero y al proceso luego de las expropiaciones.. excelente narrativa y mejor la descripción, datos fechas y eventos. Me imagino que el impacto ambiental petrolero, que no narraste por extenso, y que quizás merece un capítulo aparte, se refiere al fenómeno de la subsidencia. El artículo, para mí concepto, merece ser considerado para el acervo histórico de la ciudad. MIS FELICITACIONES .Saludos
ResponderEliminarAssolutamente si, de leer este redacto de mi Ciudad que tanto amo, como hijo d italiano orgulloso y completamente feliz de ser su hijo..felicitaciones Hermano
ResponderEliminarSaludo Excelente Biografia y ha sido realidad y todos somos partes de ella y Herencia de Mi Abulea Chila que fue Fundadora 52 Años de la Lagunillas Vieja Llamada "La Frontera"Por recibir muchos Extranjeŕos y que de Paso Todas mis hermanas incluyéndome a mi Nacimos hay también en la Casa de Mamachila por una Partera llamada Maria ,Por eso somos parte de la Historia de Ciudad Ojeda por toda mi Niños y hasta ya Mayor me levante en mi Bella Ciudad...
ResponderEliminarExcelente artículo bien estructurado de principio a fin digno de publicación en una revista arbitrada mi querido Edixson solo queda esperar la 4ta fase de reestructuración del desarrollo próspero para nuestro municipio y nuestro bello país. Te abrazo con el alma
ResponderEliminarCómo siempre, te entregas con pasión y amor por la escritura, destacando el nacimiento, caída y deseos de verla renacer. Sumemonos todos a levantarla.
ResponderEliminarLa Historia siempre sera importante para nuestras comunidades. Como dice el autor E.H Carr en su libro ¿Que es la Historia? Es lo que realmente ocurrio? O es lo que ocurrio visto desde la optica del historiador?. Nunca es tarde para esta lectura. Sigues siendo un luchador de ese Municipio Lagunillas.
ResponderEliminarMuchas gracias a todos por leernos y escribir sus comentarios.
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